Consejos para la comunicación con el enfermo de Alzheimer
Por Alicia Chica García – Psicóloga de EntreÁlamos
La comunicación con el enfermo de Alzheimer se va alterando con el transcurso de la enfermedad, por eso es muy importante que el familiar conozca las fases y los síntomas de ésta, de modo que vaya adaptando su comunicación con él.
Algunas dificultades que pueden surgir son las siguientes:
- Tener dificultad para expresarse y comprender.
- Olvidar lo que han dicho, debido a la pérdida de memoria que sufren.
- Tener ideas repetitivas a las que vuelven una y otra vez.
- La lógica se altera, por lo que su discurso no siempre es coherente.
Por ello, cuando hablemos con nuestro familiar, debemos poner en práctica una serie de consejos que ayudarán a que la comunicación sea más fácil.
- Ante todo: tener paciencia.
- Utilizar un tono de voz normal, hablando lentamente y pronunciando con claridad.
- Hablarle directamente (de cerca y de frente, nunca de espaldas).
- Usar preguntas o frases sencillas y cortas.
- Hablar de temas agradables, ya que aunque no recuerde lo que le estamos hablando, sí se queda con sensaciones de bienestar si la conversación le gusta.
- Simplificar las preguntas (mejor “¿quieres una naranja?” que “¿qué fruta quieres?”).
- Decirle lo que debe hacer y no lo que no debe hacer.
- Nunca decir: “¿ES QUE NO TE ACUERDAS…?”, ya que realmente no se acuerda y se frustrará.
- No utilizar indirectas, sarcasmo o doble sentido, ya que pierden la capacidad para captarlos.
- No aplicar nuestra lógica, ya que la suya está alterada.
- Y siempre, siempre, mostrarle cariño (con sonrisas, caricias …), ya que la memoria emocional es lo último que se pierde.
Para que el tiempo que pasemos con él sea más agradable, podemos recurrir a actividades que sabemos que le gustan (recordemos también que no tiene capacidad para aprender nuevas técnicas). Comprobemos que la actividad funciona, ya que puede que no se acuerde, que no sea capaz o que se canse, y si es así, cambiemos de actividad, sin darle mayor importancia, con naturalidad. Algunas ideas son las siguientes:
- Actividades caseras: hacer la cama, poner la mesa, limpiar, cuidar las macetas…
- Actividades lúdicas: puzzles, dibujos, manualidades, cuentos, fichas de estimulación cognitiva (en internet se pueden conseguir, adecuadas a su nivel)…
- Actividades de “intercambio”: comentar las noticias, recordar historias, charlar, ver fotos o recuerdos familiares…
- Actividades físicas: paseos, gimnasia en casa, baile…