Por Esmeralda Ayud Dominguez – Enfermera de EntreÁlamos
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente. Se caracteriza por una reducción de la masa ósea con una pérdida paralela de mineral óseo. Esta pérdida aumenta en gran medida la posibilidad de fractura.
El pico máximo de masa ósea se adquiere alrededor de los 30-35 años, y a partir de aquí, se produce un descenso progresivo que alcanza entre un 20-30% en los hombres y un 40-50% en las mujeres.
Factores de riesgo para la aparición de osteoporosis:
– Genéticos: raza caucásica o asiática, sexo femenino, antecedentes familiares positivos.
– Estilo de vida: consumo de tabaco, inactividad o ejercicio excesivo, nuliparidad, menopausia precoz, deficiencia estrogénica, menarquia tardía.
– Nutricionales: baja ingesta de calcio, gran consumo de alcohol, exceso de ingesta de proteínas, intolerancia a la leche.
Los huesos están sometidos a un remodelado continuo mediante procesos de formación y reabsorción, también sirven como reservorio de calcio del organismo. A partir de los 35 años se inicia la pérdida de masa ósea.
Mecanismos que provocan la osteoporosis:
– Falta de masa ósea suficiente durante el proceso de crecimiento.
– Reabsorción excesiva de hueso.
– Formación inadecuada de hueso nuevo durante el proceso continuo de renovación ósea.
Tipos de Osteoporosis
Durante años se ha conocido a la osteoporosis como la epidemia silenciosa debido a que esta patología no produce síntomas, aunque el dolor aparece cuando surge la fractura.
Las principales manifestaciones clínicas de la osteoporosis se deben a sus complicaciones: las fracturas, que se producen principalmente en columna vertebral, muñeca y cadera. Son causadas por un traumatismo menor, como una simple caída.
PRIMARIA:
– Posmenopáusica: en mujeres entre los 50-75 años. Tiende a producir fracturas vertebrales y del antebrazo.
– Senil: en varones y mujeres por encima de los 70 años. Provoca fracturas de cadera y vertebrales, entre otras.
– Idiopática juvenil.
SECUNDARIA: causada por enfermedades endocrinológicas, genéticas, hematológicas, entre otras o por el uso de fármacos.
Fractura vertebral
En estos casos el paciente presenta un dolor agudo muy intenso que aparece cuando hace esfuerzos leves, como la carga moderada de peso, o un ligero traumatismo.
El paciente tendrá una contractura que le impedirá realizar maniobras de flexión y/rotación de la columna. La crisis suele durar de dos a tres semanas y la intensidad del dolor irá disminuyendo de forma progresiva en los tres meses siguientes; la remisión puede ser total o parcial.
“Ocasionalmente, una fractura vertebral puede aparecer sin que el paciente perciba ningún síntoma, o bien puede causar una molestia que no sea lo suficientemente intensa para demandar asistencia”, advierten desde la SER (Sociedad Española de Reumatología).
Otros síntomas de esta fractura es un dolor sordo, profundo y localizado en las fosas ilíacas y en los flancos, como consecuencia del roce de la arcada costal con la pelvis. Esta posibilidad ayuda a descartar las exploraciones para buscar la existencia de alguna patología intestinal o renal.
Fractura de cadera
En este apartado están incluidas todas las fracturas que van desde la cabeza del fémur hasta aproximadamente 5 cm del troncanter menor.
Los especialistas consideran que las fracturas de cadera son indicativas de osteoporosis cuando se producen tras un traumatismo de baja energía, como una caida cuando la persona está de pie. Las fracturas de alta energía, como las que se producen tras un accidente de tráfico, no se consideran un síntoma de la osteoporosis.
Dentro de las fracturas de cadera existen dos tipos que se manifiestan de forma diferente:
– En el caso de las intracapsulares (fracturas de cuello femoral, cervicales, trascervicales o mediales) que no están desplazadas, el paciente presenta un dolor moderado en la región inguinal. Además, presentan movimientos de cadera algo limitados. Si la fractura intracapsular está desplazada el paciente tendrá un dolor intenso e impotencia funcional muy acentuada.
– El otro tipo posible de fractura de cadera son las extracapsulares (fracturas pertrocantéreas, troncantéreas y del macizo troncantéreo). En éstas el paciente puede sufrir un dolor muy intenso en el área de la cadera, así como impotencia funcional absoluta en el miembro inferior.
Fractura de antebrazo distal
Abarca las fracturas de la extremidad distal del radio. Este tipo de fracturas asociadas a la osteoporosis se asocia a una densidad mineral ósea baja y la presencia de un traumatismo de baja intensidad, como una caída sobre la mano.
La sospecha de osteoporosis debe aparecer si tras la caída el paciente siente dolor en la región de la muñeca unido a la impotencia funcional.
¿Cómo se diagnostica la osteoporosis?
En la actualidad, la densitometría ósea es la mejor técnica que existe para medir la masa ósea, aunque los especialistas señalan que hay excepciones, ya que la prueba indica la densidad mineral ósea del paciente, y éste es otro de los factores de riesgo de la osteoporosis.
Su medición se realiza habitualmente a nivel del esqueleto central (columna vertebral y/o cuello del fémur) mediante equipos de radiología concretos (densitometría radiológica dual- DXA). En el caso de que no pueda medirse el esqueleto central debido a la existencia de artrosis avanzada, fracturas o prótesis que invalidarían el resultado, la densitometría puede realizarse en dichos casos en el antebrazo, o en el talón con otros equipos (DXA de medida periférica o ultrasonometría cuantitativa).
Para evaluar las posibles causas secundarias de osteoporosis, se realizan pruebas básicas y complementarias; estas últimas, en función de la sospecha clínica:
“En base a los conocimientos actuales, el abordaje diagnóstico debe realizarse de manera individual valorando la edad y otros factores de riesgo”, señalan desde la SER, quienes indican que factores de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol, el bajo peso, los antecedentes familiares de fracturas osteoporóticas, entre otras, permiten identificar a las personas con riesgo de desarrollar la patología. Por lo que, la base fundamental del diagnóstico se basa en la sospecha clínica.
Tratamiento para la osteoporosis
El mejor tratamiento para la osteoporosis es la prevención. Puede incluir:
– Hacer cambios en el estilo de vida, como cambiar la dieta y rutina de ejercicio.
– Tomar suplementos de calcio y vitamina D.
– Tomar medicamentos.
Se utilizan medcamentos para fortalecer los huesos cuando:
– Se ha diagnosticado osteoporosis por medio de un estudio de la densidad ósea, ya sea que se tenga una fractura o que el riesgo de fractura sea alto.
– Hay fractura de hueso, tras prueba de densidad ósea muestre huesos delgados pero no osteoporosis.
Para prevenir la osteoporosis hay que tomar suficiente calcio y vitamina D para formar y mantener huesos sanos. En el Centro Residencial de Mayores EntreÁlamos disponemos de dietas ricas en calcio para conseguir un buen equilibrio y así ayudar a obtener estos y otros nutrientes importantes.
Otros consejos para la prevención son:
– Evitar el consumo de alcohol en exceso.
– No fumar.
– Hacer ejercicio de manera regular.
El ejercicio juega un papel clave en la preservación de la densidad ósea en los adultos mayores. El Departamento de Fisioterapia de EntreÁlamos colabora en la educación sanitaria de los mayores mediante resolución de dudas y recomendaciones en higiene postural para prevención del dolor. Algunos de los ejercicios recomendados para reducir la probabilidad de una fractura incluyen:
- Ejercicios de soporte de peso.
- Pesas libres, máquinas de pesas, bandas elásticas.
- Ejercicios de equilibrio.
- Prevención de caídas: evitar cualquier ejercicio que represente un riesgo de caídas. Tampoco realizar ejercicios de alto impacto que puedan causar fracturas en los adultos mayores.